Los restos fósiles de un dinosaurio, descubiertos por una niña de cinco años, corresponden a una especie desconocida hasta ahora, según confirmaron los científicos.
Daisy Morris, una niña británica que ahora tiene nueve años, encontró el fósil en 2009 en una playa de la Isla de Wight, y lo llevó al experto local en dinosaurios, Martin Simpson.
Tras cuatro años de investigación, los científicos de la Universidad británica de Southampton concluyeron que se trata de una nueva especie de pterosaurio, un réptil volador y que el fósil encontrado tiene unos 115 millones de años de antigüedad.
En honor a Daisy el dinosaurio ha sido denominado ´Vertidraco Daisymorrisae´, donde ´Vertidraco´ significa ´dragón de la Isla de Wight´.
"Cuando Daisy y su familia me trajeron los restos fósiles en abril del 2009, sabía que estaba mirando algo muy especial y no me equivoqué”, recuerda Martin Simpson.
Según el experto, si el fósil no hubiera sido descubierto por la niña, seguramente habría sido arrasado y destruido debido a la erosión de la costa de la isla.
El pterosaurio ha sido donado al Museo británico de Historia Natural.
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miércoles, 20 de marzo de 2013
martes, 5 de marzo de 2013
Matemáticas para averiguar la estatura de los homínidos
Las estimaciones sobre la estatura o robustez de los homínidos siempre se han visto truncadas por la escasez de huesos completos o útiles para averiguar su verdadera talla. Los científicos suelen analizar el tamaño del fémur para estimar la estatura de un homínido, pero no siempre se encuentran en buen estado o completos, algo que ocurre con mucha frecuencia. Investigadores de la UNED han aplicado un metódo de estadística para calcular la estatura de los homínidos a partir de restos de huesos del pie.
"Estos métodos son el futuro inmediato de la estadistica aplicada", afirma Alfonso García Pérez, investigador del departamento de Estadística, Investigación Operativa y Cálculo Numérico de la UNED y uno de los autores del estudio. "Las técnicas de estadística robusta llevan 50 años en uso, y se han demostrado válidas. Pero nunca se habían utilizado en paleontología".
La estadística robusta construye fórmulas matemáticas y estimaciones que infraponderan los datos extremos, esto es, infravaloran aquellas medidas extremas que se puede deducir que son erróneas. "Cuando ves datos extraños es habitual quitarlos. Y hay dos problemas con esto: si un dato es muy extremo es fácil deducir que es erróneo, pero si está cerca de los demás datos, es complicado saber si es fiable o no", añade García Pérez. Por ello se dan medidas similares a las demás, que muestren esa variación sin reflejar ese extremo que hace variar radicalmente la estimación.
Este procedimiento de análisis se ha utilizado en diversas ramas científicas, pero nunca antes en la palentología, donde la escasez de datos y muestras completas lo convierten en un método muy útil. Ante la imposibilidad de comparar las estimaciones con esqueletos completos de homínidos, el modelo busca insensibilizar esas medidas para que no se vean afectadas por valores extremos. "Es como si fuera un fondo de inversión garantizado. Siempre puedes ganar, pero si hay una debacle, tienes la garantía de no perder", afirma el investigador de la UNED."Debemos protegernos ante mediciones extrañas".
Huesos de 94 individuos
Para comprobar la validez del método robusto en la estimación de la estatura de un sapiens a partir de sus pies, un equipo de científicos de la UCM, la UNED y la Universidad de Cambridge (Reino Unido) analizó un total de 564 huesos de pie de 94 individuos que nacieron entre 1825 y 1910.
Descubrieron que los mejores huesos para estimar la estatura son el primero y el segundo metatarso, el astrágalo (un hueso del tarso) y el calcáneo (situado en el talón o en la parte posterior del pie). Este método ha resultado fiable para estudiar la estatura de los homínidos, y ha convencido a los paleontólogos, que lo han empezado a usar en las excavaciones del nivel TD6 de la Gran Dolina de Atapuerca, donde se encontraron los primeros restos de un 'Homo antecessor' en 1992.
Del llamado 'Homo antecessor', la especie homínida más antigua de Europa, un término del que reniega el propio codirector de excavaciones de Atapuerca , José María Bermúdez de Castro, se sabe que se trataba de un individuo alto y fuerte que podía medir entre 160 y 185 centímetros. Con los métodos de estadística robusta se pretende estrechar el margen de error y conseguir acercarse más a la estatura real de estos antepasados que algunos palentológos consideran una variedad de 'Homo erectus' y otros una especie diferente antepasada del hombre de Neandertal.
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Hallan restos de un camello gigante en el Ártico canadiense
Un equipo de investigación dirigido por el Museo Canadiense de la Naturaleza ha identificado la primera evidencia de un camello gigante extinto en el Alto Ártico de Canadá. El descubrimiento se basa en 30 fragmentos fósiles de un hueso de la pierna que se encontró en la isla de Ellesmere, en Nunavut (Canadá) y representa el registro más septentrional de camellos tempranos, cuyos antepasados se sabe que se originaron en América del Norte hace unos 45 millones de años.
Los fósiles fueron recogidos durante tres temporadas de campo de verano (2006, 2008 y 2010) y son de unos 3,5 millones de años de antigüedad, de la época del Plioceno medio. Otros hallazgos fósiles en el sitio sugieren que este camello del Alto Ártico vivió en un ambiente de bosque tipo boreal durante una fase de calentamiento global en el planeta.
La investigación, de la doctora Natalia Rybczynski junto con coautores como el doctor John Gosse, de la Universidad de Dalhousie, en Halifax (Canadá), y el doctor Mike Buckley, de la Universidad de Manchester, en Reino Unido, se publica en la edición online de este martes de la revista 'Nature Communications'.
"Este es un descubrimiento importante porque proporciona la primera evidencia de camellos que vivieron en la región del Alto Ártico", explica Rybczynski, un paleontólogo de vertebrados en el Museo Canadiense de la Naturaleza, que ha dirigido numerosas expediciones de campo en el Ártico canadiense. "Se amplía el rango previo de camellos en América del Norte hacia el norte por cerca de 1.200 kilómetros y sugiere que el linaje que dio origen a los camellos modernos puede originalmente haberse adaptado a vivir en un medio ambiente forestal ártico".
Los huesos de camellos fueron recogidos en una cuesta empinada en el sitio Bed Fyles Leaf, un depósito de arena cerca de Strathcona Fiord, en Ellesmere Island. Los fósiles de hojas, madera y otros materiales vegetales se han encontrado en este sitio, pero el camello es el primer mamífero recuperado allí. Una localidad cercana rica en fósiles en Strathcona Fiord, conocida como Beaver Pond, ya ha dado fósiles de mamíferos del mismo periodo de tiempo, como el tejón, el castor y el caballo de tres dedos.
Determinar que los huesos eran de un camello fue un reto. "La primera vez que tomé un pedazo, pensé que podría ser de madera. Sólo de vuelta en el campamento de trabajo he podido comprobar no sólo que era hueso, sino también que era de un mamífero fósil más grande que cualquier cosa que he visto en los depósitos", explica Rybczynski sobre el momento en que ella y su equipo descubrieron algo inusual.
Algunas de las características físicas importantes sugirieron que los fragmentos fósiles eran parte de una gran tibia, el principal hueso inferior de la pierna en los mamíferos, y que pertenecían al grupo de los animales de pezuña hendida conocidos como arteriodactyls, que incluye vacas, cerdos y camellos.
Los archivos digitales de cada uno de los 30 fragmentos de hueso se produjeron usando un escáner láser 3D para ensamblar y alinear las piezas. El tamaño del hueso de la pierna reconstituida sugirió que era de un mamífero muy grande y, en ese momento en América del Norte, los mayores arteriodactyls eran los camellos.
La plena confirmación de que los huesos pertenecían a un camello vino de una nueva técnica llamada "huella colágeno", iniciada por el doctor Mike Buckley, de la Universidad de Manchester. Los perfiles producidos por esta técnica se pueden utilizar para distinguir entre grupos de mamíferos.
Así, pequeñas cantidades de colágeno, la proteína predominante encontrada en el hueso, se extrajeron de los fósiles y con el uso de marcadores químicos para los péptidos que forman el colágeno, se desarrolló un perfil de colágeno de los huesos fósiles. Este perfil se comparó con los de 37 especies de mamíferos modernos, así como el de un camello fósil encontrado en Yukón (norte de Canadá), que también estaba en las colecciones del Museo Canadiense de la Naturaleza.
El perfil de colágeno para el camello del Alto Ártico se acercaba más a los de los camellos modernos, específicamente dromedarios (camellos con una joroba), así como el camello Yukón gigante, que se cree que es Paracamelus, el antepasado de los camellos modernos. La información del colágeno, junto con los datos anatómicos, permitieron a Rybczynski y sus colegas concluir que los huesos pertenecen al camello de Ellesmere, probablemente del mismo linaje que el Paracamelus.
"Ahora tenemos un registro fósil nuevo para entender mejor la evolución de camellos, ya que nuestra investigación muestra que el linaje de Paracamelus habitó el norte de América del Norte durante millones de años, y la más simple explicación para este patrón sería que Paracamelus se originó allí", explica Rybczynski. "Así que tal vez algunas especializaciones de los camellos modernos, como los pies planos anchos, ojos grandes y jorobas de grasa, pueden ser adaptaciones derivadas de vivir en un ambiente polar", agrega.
El trabajo científico también asegura por primera vez una edad precisa de los sitios Bed Fyles Leaf y Beaver Pond, de por lo menos 3,4 millones años de edad, como determinó el doctor John Gosse, de la Universidad canadiense de Dalhousie. La fecha es significativa porque corresponde a un periodo de tiempo en que la Tierra era de entre 2 y 3º C más cálido que hoy y el Ártico, de entre 14 a 22º C más cálido.
Fuente
Los fósiles fueron recogidos durante tres temporadas de campo de verano (2006, 2008 y 2010) y son de unos 3,5 millones de años de antigüedad, de la época del Plioceno medio. Otros hallazgos fósiles en el sitio sugieren que este camello del Alto Ártico vivió en un ambiente de bosque tipo boreal durante una fase de calentamiento global en el planeta.
La investigación, de la doctora Natalia Rybczynski junto con coautores como el doctor John Gosse, de la Universidad de Dalhousie, en Halifax (Canadá), y el doctor Mike Buckley, de la Universidad de Manchester, en Reino Unido, se publica en la edición online de este martes de la revista 'Nature Communications'.
"Este es un descubrimiento importante porque proporciona la primera evidencia de camellos que vivieron en la región del Alto Ártico", explica Rybczynski, un paleontólogo de vertebrados en el Museo Canadiense de la Naturaleza, que ha dirigido numerosas expediciones de campo en el Ártico canadiense. "Se amplía el rango previo de camellos en América del Norte hacia el norte por cerca de 1.200 kilómetros y sugiere que el linaje que dio origen a los camellos modernos puede originalmente haberse adaptado a vivir en un medio ambiente forestal ártico".
Los huesos de camellos fueron recogidos en una cuesta empinada en el sitio Bed Fyles Leaf, un depósito de arena cerca de Strathcona Fiord, en Ellesmere Island. Los fósiles de hojas, madera y otros materiales vegetales se han encontrado en este sitio, pero el camello es el primer mamífero recuperado allí. Una localidad cercana rica en fósiles en Strathcona Fiord, conocida como Beaver Pond, ya ha dado fósiles de mamíferos del mismo periodo de tiempo, como el tejón, el castor y el caballo de tres dedos.
Determinar que los huesos eran de un camello fue un reto. "La primera vez que tomé un pedazo, pensé que podría ser de madera. Sólo de vuelta en el campamento de trabajo he podido comprobar no sólo que era hueso, sino también que era de un mamífero fósil más grande que cualquier cosa que he visto en los depósitos", explica Rybczynski sobre el momento en que ella y su equipo descubrieron algo inusual.
Algunas de las características físicas importantes sugirieron que los fragmentos fósiles eran parte de una gran tibia, el principal hueso inferior de la pierna en los mamíferos, y que pertenecían al grupo de los animales de pezuña hendida conocidos como arteriodactyls, que incluye vacas, cerdos y camellos.
Los archivos digitales de cada uno de los 30 fragmentos de hueso se produjeron usando un escáner láser 3D para ensamblar y alinear las piezas. El tamaño del hueso de la pierna reconstituida sugirió que era de un mamífero muy grande y, en ese momento en América del Norte, los mayores arteriodactyls eran los camellos.
La plena confirmación de que los huesos pertenecían a un camello vino de una nueva técnica llamada "huella colágeno", iniciada por el doctor Mike Buckley, de la Universidad de Manchester. Los perfiles producidos por esta técnica se pueden utilizar para distinguir entre grupos de mamíferos.
Así, pequeñas cantidades de colágeno, la proteína predominante encontrada en el hueso, se extrajeron de los fósiles y con el uso de marcadores químicos para los péptidos que forman el colágeno, se desarrolló un perfil de colágeno de los huesos fósiles. Este perfil se comparó con los de 37 especies de mamíferos modernos, así como el de un camello fósil encontrado en Yukón (norte de Canadá), que también estaba en las colecciones del Museo Canadiense de la Naturaleza.
El perfil de colágeno para el camello del Alto Ártico se acercaba más a los de los camellos modernos, específicamente dromedarios (camellos con una joroba), así como el camello Yukón gigante, que se cree que es Paracamelus, el antepasado de los camellos modernos. La información del colágeno, junto con los datos anatómicos, permitieron a Rybczynski y sus colegas concluir que los huesos pertenecen al camello de Ellesmere, probablemente del mismo linaje que el Paracamelus.
"Ahora tenemos un registro fósil nuevo para entender mejor la evolución de camellos, ya que nuestra investigación muestra que el linaje de Paracamelus habitó el norte de América del Norte durante millones de años, y la más simple explicación para este patrón sería que Paracamelus se originó allí", explica Rybczynski. "Así que tal vez algunas especializaciones de los camellos modernos, como los pies planos anchos, ojos grandes y jorobas de grasa, pueden ser adaptaciones derivadas de vivir en un ambiente polar", agrega.
El trabajo científico también asegura por primera vez una edad precisa de los sitios Bed Fyles Leaf y Beaver Pond, de por lo menos 3,4 millones años de edad, como determinó el doctor John Gosse, de la Universidad canadiense de Dalhousie. La fecha es significativa porque corresponde a un periodo de tiempo en que la Tierra era de entre 2 y 3º C más cálido que hoy y el Ártico, de entre 14 a 22º C más cálido.
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Hallan en España fósil de otra especie de lagarto
Tiene 125 millones de años, y ha sido bautizado como "Arcanosaurus ibericus".
Burgos, España • Otra especie de lagarto fósil de 125 millones de años de antigüedad fue descubierta en los yacimientos de dinosaurios del pueblo de Salas de los Infantes en Burgos, España, informó el director del Museo de los Dinosaurios de la localidad, Fidel Torcida.
En una rueda de prensa y acompañado por parte del equipo que participó en la investigación, Torcida explicó que se trata del ejemplar más antiguo de lagarto terrestre del grupo de los varanoideos, que incluye al dragón de Komodo, de Indonesia.
El equipo internacional está formado por Alexandra Houssaye, de la universidad alemana de Bonn, Jean-Claude Rage y Nathalie Bardet, del Museo Nacional de Historia Natural de París, Xavier Pereda, de la universidad del país vasco, y el colectivo paleoarqueológico de Salas de los Infantes.
La nueva especie fue bautizada como Arcanosaurus ibericus, reptil misterioso ibérico, la investigación comenzó a partir de 29 vértebras encontradas en los años 90 y fueron donadas al museo donde permanecieron como “joyas sin clasificar”, según Torcida.
Nathalie Bardet indicó que las vértebras pertenecen a un animal de metro y medio y muestran una combinación de caracteres no encontrada en otros ejemplares varanoideos, además su estudio microanatómico demostró la ausencia de adaptaciones para la vida acuática.
Xavier Pereda subrayó que el descubrimiento permite seguir avanzando en la descripción del ecosistema en el que vivían en aquella época los dinosaurios.
Torcida aseguró que “queda mucho por hacer”, y no descarta que puedan nuevas especies.
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Burgos, España • Otra especie de lagarto fósil de 125 millones de años de antigüedad fue descubierta en los yacimientos de dinosaurios del pueblo de Salas de los Infantes en Burgos, España, informó el director del Museo de los Dinosaurios de la localidad, Fidel Torcida.
En una rueda de prensa y acompañado por parte del equipo que participó en la investigación, Torcida explicó que se trata del ejemplar más antiguo de lagarto terrestre del grupo de los varanoideos, que incluye al dragón de Komodo, de Indonesia.
El equipo internacional está formado por Alexandra Houssaye, de la universidad alemana de Bonn, Jean-Claude Rage y Nathalie Bardet, del Museo Nacional de Historia Natural de París, Xavier Pereda, de la universidad del país vasco, y el colectivo paleoarqueológico de Salas de los Infantes.
La nueva especie fue bautizada como Arcanosaurus ibericus, reptil misterioso ibérico, la investigación comenzó a partir de 29 vértebras encontradas en los años 90 y fueron donadas al museo donde permanecieron como “joyas sin clasificar”, según Torcida.
Nathalie Bardet indicó que las vértebras pertenecen a un animal de metro y medio y muestran una combinación de caracteres no encontrada en otros ejemplares varanoideos, además su estudio microanatómico demostró la ausencia de adaptaciones para la vida acuática.
Xavier Pereda subrayó que el descubrimiento permite seguir avanzando en la descripción del ecosistema en el que vivían en aquella época los dinosaurios.
Torcida aseguró que “queda mucho por hacer”, y no descarta que puedan nuevas especies.
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viernes, 1 de marzo de 2013
Descubren en Orce el diente fósil de un homínido, que se convierte en el resto humano más antiguo de Europa
La campaña de excavaciones en el yacimiento de Barranco León, en Orce (Granada), de 2002 llevó al descubrimiento de lo que ahora se ha confirmado como un diente de leche de un homínido que está datado en 1,4 millones de años, lo que probaría en esta zona arqueológica la presencia humana más antigua de Europa Occidental.
El hallazgo, que publica la revista 'Journal of Human Evolution', la más prestigiosa del mundo sobre paleontología humana, ha sido presentado este viernes en Granada por el consejero de Cultura y Deporte, Luciano Alonso, por el profesor investigador de la Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats (Icrea) y del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social, Bienvenido Martínez Navarro, y por el director del Museo Arqueológico de Granada, Isidro Toro Moyano.
Según Martínez Navarro, es "incontestable" que el diente corresponde a un humano, concretamente es un molar de un niño de 10 años, y así lo evidencian los estudios a los que ha sido sometido este fósil, tanto en el Museo Nacional de Historia Natural de París o la Universidad Autónoma de Barcelona, entre otras instituciones científicas. "Anatómicamente es incontestable que se trata de un diente humano de lo que podemos llamar el Niño o la Niña de Orce", ha indicado.
El diente, que fue identificado como posible resto humano en 2008, apareció asociado con otra serie de restos de dientes de herbívoros, a otras huellas óseas y a una importante industria lítica formada por piedras talladas a mano alzada o a yunque que evidencian que fueron usadas para cortar carne, madera o raíces, según ha explicado Isidro Toro.
Este descubrimiento supone que los yacimientos de Orce son el "registro paleobiológico más importante de Europa para estudiar los últimos millones de años en el mundo", por delante de Atapuerca, que está datado en 1,2 millones de años. "No existe en el mundo un yacimiento parecido", ha señalado Martínez Navarro.
Para el investigador, los restos que encontró en 1982 el paleoantropólogo Josep Gibert en el yacimiento de Venta Micena, también en Orce, que se consideró un fragmento craneal del Hombre de Orce, de 1,3 millones de años, no correspondía a un humano, y ni siquiera a un équido, como apuntaron algunos científicos, sino a una "hembra de rumiante". "Lo importante de este diente de leche es que dentro de 10 ó 20 años seguirá siendo considerado como humano, mientras que aquellos restos ya no lo son", ha defendido.
El consejero de Cultura y Deporte ha dicho que "podríamos estar ante la primera huella humana de Andalucía, lo que muestra la enorme importancia de la cuenca de Guadix-Baza, que posee un extraordinario registro paleobiológico de los últimos siete millones de años".
Ha recordado además que la zona ha sido declarada Zona Arqueológica por la Junta de Andalucía "lo que es el primer paso para su protección integral" y para que se abra el camino a ser declarado Patrimonio Mundial de la Unesco, reconocimiento que ya posee Atapuerca.
Alonso ha recalcado que "la conservación e investigación en Orce ya tiene carácter de excelencia, y la cuenca debe de convertirse en lugar aglutinador de un conocimiento que termine por llegar a la sociedad y hacer del yacimiento un factor de desarrollo cultural y socioeconómico sostenible e innovador" y ha asegurado que su departamento quiere ser "cómplice del impulso que consolidará esta área como referente de prestigio a nivel social, científico e institucional.
En esta dirección la Consejería de Cultura y Deporte contrató el pasado mes de diciembre, mediante concurso, a un equipo multidisciplinar de investigadores españoles y extranjeros para la ejecución de una investigación general sobre 'La presencia humana y el contexto paleoecológico en la cuenca continental Guadix-Baza', por un importe de más de 300.000 euros.
Orce contiene los más importantes yacimientos pleistocénicos, donde se han realizado varias excavaciones en las últimas décadas. Entre las zonas más conocidas figuran Venta Micena, Fuente Nueva y Barranco León. Se han hallado numerosos restos tallados en piedra, así como fósiles de mamut, hienas y de otros grandes mamíferos. Tiene recogidas más de 25.000 restos arqueopaleontológicos.
Fuente
El hallazgo, que publica la revista 'Journal of Human Evolution', la más prestigiosa del mundo sobre paleontología humana, ha sido presentado este viernes en Granada por el consejero de Cultura y Deporte, Luciano Alonso, por el profesor investigador de la Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats (Icrea) y del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social, Bienvenido Martínez Navarro, y por el director del Museo Arqueológico de Granada, Isidro Toro Moyano.
Según Martínez Navarro, es "incontestable" que el diente corresponde a un humano, concretamente es un molar de un niño de 10 años, y así lo evidencian los estudios a los que ha sido sometido este fósil, tanto en el Museo Nacional de Historia Natural de París o la Universidad Autónoma de Barcelona, entre otras instituciones científicas. "Anatómicamente es incontestable que se trata de un diente humano de lo que podemos llamar el Niño o la Niña de Orce", ha indicado.
El diente, que fue identificado como posible resto humano en 2008, apareció asociado con otra serie de restos de dientes de herbívoros, a otras huellas óseas y a una importante industria lítica formada por piedras talladas a mano alzada o a yunque que evidencian que fueron usadas para cortar carne, madera o raíces, según ha explicado Isidro Toro.
Este descubrimiento supone que los yacimientos de Orce son el "registro paleobiológico más importante de Europa para estudiar los últimos millones de años en el mundo", por delante de Atapuerca, que está datado en 1,2 millones de años. "No existe en el mundo un yacimiento parecido", ha señalado Martínez Navarro.
Para el investigador, los restos que encontró en 1982 el paleoantropólogo Josep Gibert en el yacimiento de Venta Micena, también en Orce, que se consideró un fragmento craneal del Hombre de Orce, de 1,3 millones de años, no correspondía a un humano, y ni siquiera a un équido, como apuntaron algunos científicos, sino a una "hembra de rumiante". "Lo importante de este diente de leche es que dentro de 10 ó 20 años seguirá siendo considerado como humano, mientras que aquellos restos ya no lo son", ha defendido.
El consejero de Cultura y Deporte ha dicho que "podríamos estar ante la primera huella humana de Andalucía, lo que muestra la enorme importancia de la cuenca de Guadix-Baza, que posee un extraordinario registro paleobiológico de los últimos siete millones de años".
Ha recordado además que la zona ha sido declarada Zona Arqueológica por la Junta de Andalucía "lo que es el primer paso para su protección integral" y para que se abra el camino a ser declarado Patrimonio Mundial de la Unesco, reconocimiento que ya posee Atapuerca.
Alonso ha recalcado que "la conservación e investigación en Orce ya tiene carácter de excelencia, y la cuenca debe de convertirse en lugar aglutinador de un conocimiento que termine por llegar a la sociedad y hacer del yacimiento un factor de desarrollo cultural y socioeconómico sostenible e innovador" y ha asegurado que su departamento quiere ser "cómplice del impulso que consolidará esta área como referente de prestigio a nivel social, científico e institucional.
En esta dirección la Consejería de Cultura y Deporte contrató el pasado mes de diciembre, mediante concurso, a un equipo multidisciplinar de investigadores españoles y extranjeros para la ejecución de una investigación general sobre 'La presencia humana y el contexto paleoecológico en la cuenca continental Guadix-Baza', por un importe de más de 300.000 euros.
Orce contiene los más importantes yacimientos pleistocénicos, donde se han realizado varias excavaciones en las últimas décadas. Entre las zonas más conocidas figuran Venta Micena, Fuente Nueva y Barranco León. Se han hallado numerosos restos tallados en piedra, así como fósiles de mamut, hienas y de otros grandes mamíferos. Tiene recogidas más de 25.000 restos arqueopaleontológicos.
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miércoles, 27 de febrero de 2013
Los primeros humanos de Atapuerca tenían una altura similar a la nuestra
El Homo antecessor, el homínido más antiguo de Europa, localizado por primera vez en la sierra de Atapuerca (Burgos), pudo medir entre 1,73 y 1,74 centímetros, algo más alto de lo que se pensaba, según el estudio más preciso que se ha realizado sobre su estatura.
Junto con la edad y el peso, la altura es uno de los principales parámetros que caracteriza a poblaciones e individuos, por lo que su estimación es esencial en áreas como la paleontropología. La obtención del nuevo dato sobre la estatura del Homo antecessor fue posible gracias a una metodología desarrollada por investigadores de Atapuerca, basada en los huesos de los pies.
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Junto con la edad y el peso, la altura es uno de los principales parámetros que caracteriza a poblaciones e individuos, por lo que su estimación es esencial en áreas como la paleontropología. La obtención del nuevo dato sobre la estatura del Homo antecessor fue posible gracias a una metodología desarrollada por investigadores de Atapuerca, basada en los huesos de los pies.
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martes, 26 de febrero de 2013
Muchos aún piensan que el tiranosaurio andaba erguido, pero no es verdad
Juguetes como Barney y otras influencias de la cultura popular han interiorizado esta idea errónea
Nueva York (AP). ¿El tiranosaurio rex caminaba erguido y con la cola cerca del suelo? No, pero muchos jóvenes piensan que sí, error que los autores de un estudio atribuyen a juguetes como Barney y otras influencias de la cultura popular.
Los científicos solían pensar que el tiranosaurio andaba erguido, pero abandonaron esa idea hace décadas. Ahora, el feroz dinosaurio es mostrado en una postura como de ave, con la cola en el aire y la cabeza hacia delante, apoyado en sus dos enormes piernas traseras.
El cambio llevó a museos en todo el mundo a actualizar sus muestras del tiranosaurio rex, dijeron los autores del estudio, y en general los libros populares han reflejado esa nueva postura aproximadamente a partir del principio de la década de 1990. Lo mismo ocurrió con las películas de “Parque Jurásico”.
Pero cuando los investigadores les pidieron a estudiantes universitarios y niños que dibujasen un tiranosaurio, la mayoría de ellos lo mostraron en posición erguida. ¿Por qué? Habían han absorbido la idea errónea de juguetes como Barney, juegos y otros elementos de la cultura popular, concluyeron los autores del estudio.
“No importa lo que ven en libros de ciencia e incluso en “Parque Jurásico”“”, dijo Warren Allmon, profesor de paleontología en la Universidad Cornell, en Ithaca, Nueva York, uno de los autores de la investigación.
Comenzó a pensar en ello cuando vio una caja con trocitos de pollo en forma de dinosaurios en una tienda de comestibles.
Si la explicación es correcta, dice Allmon, es un recordatorio aleccionador de cómo la gente puede tener ideas equivocadas sobre la ciencia. El estudio será publicado en la revista “Journal of Geoscience Education”.
Los autores examinaron 316 dibujos del tiranosaurio rex hechos por estudiantes en una universidad en Ithaca y por niños que visitaron el museo local. La mayoría de los alumnos universitarios no eran estudiantes de ciencia.
El 72% de los estudiantes universitarios y 63% de los niños dibujaron al tiranosaurio rex erguido. Como la muestra no es representativa de la población general, los resultados no necesariamente son aplicables a todos los jóvenes.
Cuando los autores examinaron otras representaciones del tiranosaurio, encontraron que la postura obsoleta aparece en elementos de la cultura popular como juguetes, juegos, moldes de galletitas, ropa, tiras cómicas y películas.
Mark Norell, un prominente paleontólogo del Museo de Historia Natural en Nueva York, quien no participó en la investigación, dijo que no sabe si el mito de la postura erguida está tan extendido como indica el reporte.
Pero agregó que no le parece descabellado que persistan las primeras impresiones infantiles sobre el tiranosaurio rex.
“Si ellos no estudian los dinosaurios más tarde, esa es la imagen que les queda”, afirmó.
Fuente
Nueva York (AP). ¿El tiranosaurio rex caminaba erguido y con la cola cerca del suelo? No, pero muchos jóvenes piensan que sí, error que los autores de un estudio atribuyen a juguetes como Barney y otras influencias de la cultura popular.
Los científicos solían pensar que el tiranosaurio andaba erguido, pero abandonaron esa idea hace décadas. Ahora, el feroz dinosaurio es mostrado en una postura como de ave, con la cola en el aire y la cabeza hacia delante, apoyado en sus dos enormes piernas traseras.
El cambio llevó a museos en todo el mundo a actualizar sus muestras del tiranosaurio rex, dijeron los autores del estudio, y en general los libros populares han reflejado esa nueva postura aproximadamente a partir del principio de la década de 1990. Lo mismo ocurrió con las películas de “Parque Jurásico”.
Pero cuando los investigadores les pidieron a estudiantes universitarios y niños que dibujasen un tiranosaurio, la mayoría de ellos lo mostraron en posición erguida. ¿Por qué? Habían han absorbido la idea errónea de juguetes como Barney, juegos y otros elementos de la cultura popular, concluyeron los autores del estudio.
“No importa lo que ven en libros de ciencia e incluso en “Parque Jurásico”“”, dijo Warren Allmon, profesor de paleontología en la Universidad Cornell, en Ithaca, Nueva York, uno de los autores de la investigación.
Comenzó a pensar en ello cuando vio una caja con trocitos de pollo en forma de dinosaurios en una tienda de comestibles.
Si la explicación es correcta, dice Allmon, es un recordatorio aleccionador de cómo la gente puede tener ideas equivocadas sobre la ciencia. El estudio será publicado en la revista “Journal of Geoscience Education”.
Los autores examinaron 316 dibujos del tiranosaurio rex hechos por estudiantes en una universidad en Ithaca y por niños que visitaron el museo local. La mayoría de los alumnos universitarios no eran estudiantes de ciencia.
El 72% de los estudiantes universitarios y 63% de los niños dibujaron al tiranosaurio rex erguido. Como la muestra no es representativa de la población general, los resultados no necesariamente son aplicables a todos los jóvenes.
Cuando los autores examinaron otras representaciones del tiranosaurio, encontraron que la postura obsoleta aparece en elementos de la cultura popular como juguetes, juegos, moldes de galletitas, ropa, tiras cómicas y películas.
Mark Norell, un prominente paleontólogo del Museo de Historia Natural en Nueva York, quien no participó en la investigación, dijo que no sabe si el mito de la postura erguida está tan extendido como indica el reporte.
Pero agregó que no le parece descabellado que persistan las primeras impresiones infantiles sobre el tiranosaurio rex.
“Si ellos no estudian los dinosaurios más tarde, esa es la imagen que les queda”, afirmó.
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