sábado, 2 de febrero de 2013

Medusas de la isla Borneo perdieron su toxicidad

Los tentáculos de estas medusas perdieron sus células urticantes hasta que su toxicidad ha llegado a ser imperceptible.


Las medusas del lago de agua salada de Kabakan, ubicado en una remota región de la isla de Borneo, a la que atraen a muchos turistas, tienen una particularidad: han perdido el poder urticante en un hábitat sin especies depredadoras.

Son muchos los curiosos que llegan cada día a la isla de Kakaban, situada a unos 1.500 kilómetros de Yakarta, la capital de Indonesia, para ver de cerca o tocar estas medusas no venenosas con cautela, cierto temor y hasta con asombro una vez satisfecho el capricho. Los bañistas nadan y bucean entre ellas, las cogen con las manos para comprobar su inocuidad e incluso hay quienes se las llevan a los labios.

Hace más de dos millones de años, este lugar era un atolón con una laguna interna que se comunicaba con el mar, pero durante miles de años las rocas que lo formaban emergieron y el lago quedó aislado. Con el paso del tiempo, los tentáculos de estas medusas perdieron sus células urticantes hasta que su toxicidad ha llegado a ser imperceptible.

La incomunicación con el mar evita que en el lago penetre cualquier animal marino de gran tamaño y se convierta en el rey de sus habitantes actuales: pequeños peces, anémonas, esponjas, serpientes marinas y los cuatro tipos de medusas que le han dado la fama.

“La mutación de estas medusas ha sido propiciada por la evolución natural del ecosistema, no teniendo que temer a ningún gran predador, no necesitaban picar para protegerse”, explicó a EFE la experta internacional Dewi Satriani.

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