Problemas en las mujeres al dar a luz, muelas del jucio, dolores de pies y de espalda están vinculadas con el proceso.
El andar bípedo, el gran cerebro y otras conquistas evolutivas hicieron del ser humano una de las especies mamíferas más poderosas de la Tierra.
Pero la evolución a lo largo de millones de años también trajo aparejadas desventajas, según apuntaron investigadores reunidos en Boston.
Al crecer el cerebro, también aumentó el diámetro de la cabeza, comentaron los investigadores en el congreso celebrado por la mayor asociación científica del mundo, AAAS. "Ninguna otra especie (de mamíferos) corre un riesgo igual al parir que el ser humano", apuntó la antropóloga Karen Rosenberg, de la Universidad de Delaware.
Muchas mujeres que deben dar a luz en sitios donde no se cuenta con atención médica corren el riesgo de sufrir serias complicaciones y hasta puede correr peligro su vida.
Los investigadores también señalaron que algunas de las dolencias más frecuentes de los humanos, como ser problemas con las muelas de juicio y dolores de pie y de espalda también están vinculados con la evolución.
"Sufrimos con más frecuencia inflamaciones de las articulaciones que los simios antropomorfos", estrechamente emparentados con el hombre, dijo Bruce Latimer del Museo de Ciencias Naturales de Cleveland.
A raíz del bipedismo, los hombres son los únicos mamíferos que pueden sufrir una desviación de la columna vertebral, como la escoliosis. Hasta el fósil conocido como "Lucy", un Australopithecus afarensis de 3,5 millones de antigüedad, revela indicios de escoliosis.
Con el crecimiento del cerebro, de un litro en los comienzos del género Homo hasta un volumen de hasta 1,6 litros en el hombre actual, también cambió la forma del cráneo. Se modificó la dentadura por lo que empujó a las muelas de juicio hacia afuera, explicó el antropólogo Alan Mann de la Universidad de Princeton.
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