Un equipo de paleontólogos de la Universidad de Edimburgo han identificado a uno de los más antiguos depredadores. Esta especie, conocida como 'Tyrannoneustes lythrodectikos' vivía hace 165 millones de años y se alimentaba de presas tan grandes o más que él mismo.
Este trabajo, publicado en 'Journal of Systematic Paleontology', señala que el depredador está emparentado con un cocodrilo marino, aunque su cuerpo era una mezcla entre tiburón y delfín.
El autor principal, Mark Young, ha señalado que "el Tyrannoneustes lythrodectikos es el más antiguo macrófago conocido", es decir, un animal que se ha adaptado a alimentarse de presas de gran cuerpo.
Del mismo modo, ha indicado que también se le puede clasificar dentro del término "metriorrínquido", que se refiere a un grupo de cocodrilos marinos que eran superficialmente similares a los delfines de ahora. "Carecían de armadura ósea, tenía extremidades anteriores como aletas y una gran cola", ha explicado.
Así, este animal evolucionó a partir de especies que "eran depredadores oportunistas de presas pequeñas que se movían muy rápido". Estos cazadores marinos tenían hocicos estrechos y dientes múltiples, pero los dientes de sierra no eran como los del Tyrannoneustes lythrodectikos, que también tenía una boca de grandes dimensiones.
Para llegar a estas conclusiones, Young y sus colegas estudiaron los restos de este animal, que se encuentran en la Formación Oxford Clay (Reino Unido), una formación jurásica de roca sedimentaria marina que subyace en el sureste de Inglaterra. Los restos han estado almacenados durante un tiempo en el Museo Hunterian de Glasgow.
Sigue siendo un misterio qué comía exactamente
Young ha señalado que durante el Caloviano Medio, hace 165 millones de años, gran parte de Europa estaba cubierta por un mar poco profundo creando una cadena de islas de grandes a pequeñas. El Tyrannoneustes vivía en este mar poco profundo, junto con numerosos otros reptiles marinos.
Estos reptiles incluían a pliosaurios, plesiosaurios e ictiosaurios. Los pliosaurios gigantes eran incluso más grandes que Tyrannoneustes lythrodectikos, por lo que, según ha apuntado el investigador, podría haber habido formidables combates entre las especies.
La investigación continúa, ya que, hasta ahora no ha sido localizado el contenido del estómago del nadador tirano, así que sigue siendo un misterio lo qué comía exactamente.
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