lunes, 28 de enero de 2013

La monogamia del mono búho y la evolución del hombre

Los resultados ponen de relieve cómo la monogamia y los vínculos de pareja, formaciones sociales relativamente raras entre los mamíferos, pueden beneficiar a ciertas personas, tal y como señalan los autores

Los monos búho que poseen una pareja se reproducen más que los que tienen múltiples parejas, una especie de monogamia que puede tener implicación en la comprensión de cómo han evolucionado los patrones de relación entre los hombres, según un estudio de la Universidad de Pennsylvania (Estados Unidos), publicado en ‘Plos One’.

Los resultados ponen de relieve cómo la monogamia y los vínculos de pareja, formaciones sociales relativamente raras entre los mamíferos, pueden beneficiar a ciertas personas, tal y como señalan los autores, Eduardo Fernández-Duque, profesor asociado en el Departamento de Antropología de Penn, y Maren Huck, que terminó una beca postdoctoral en el laboratorio de Fernández-Duque y ahora es profesor en la Universidad de Derby (Reino Unido).

Desde 1997, Fernández-Duque y sus colegas han monitoreado una población de monos búho en una parte de la región del Chaco en Argentina y sus observaciones de comportamiento, datos demográficos y toma de muestras fisiológicas, que ha proporcionado datos de 16 años de observación de 18 grupos de monos búho, lo que supone un total de 154 animales de esta especie, que viven en grupos monógamos que consisten en un hombre adulto, una mujer adulta y su descendencia y cuyos jóvenes se dispersan desde el grupo alrededor de los 3 o 4 años.

En 2008, Fernández-Duque y sus colegas publicaron un artículo que informaba, por primera vez, la presencia de un llamado “flotador” individual, que atacó al macho de una pareja y, esencialmente, lo reemplazó como compañero y proveedor de cuidado infantil. El equipo ahora demuestra que esta usurpación de sus compañeros es un hecho común, al documentar sustituciones en los grupso que observaron.

Los reemplazos a menudo se producen con peleas dramáticas, algunas de las cuales terminaron fatalmente con el desalojado, algo que, según Fernández-Duque es de gran interés en la competencia por un puesto reproductivo. Según las conclusiones de las observaciones de los reemplazos, tener un socio o un compañero expulsado perjudica el éxito reproductivo de la pareja restante. “Lo que estamos mostrando es que si te las arreglas para estar con la misma pareja puedes producir más bebés que si te ves obligado a cambiar de pareja”, dijo Fernández-Duque.

Los científicos suponen que podría tener que ver con un retraso en la reproducción debido al hecho de que los monos hembra del búho en Argentina por lo general sólo conciben entre marzo y mayo. También es posible que el retraso se debe a que los dos individuos toman tiempo para evaluarse unos a otros antes de reproducirse, dado el importante compromiso de cuidado infantil que tanto los machos como las hembras tienen.

Los resultados demuestran que, para los monos búho, a largo plazo, la monogamia y la vinculación en pareja mejora la aptitud reproductiva. Los estudios de Fernández-Duque en monos en Argentina y su colaboración en la investigación sobre la monogamia en mnos tití y sakí de Ecuador están ayudando a los científicos a entender los factores ecológicos y biológicos que dieron origen a vínculos de pareja en los primates no humanos y seres humanos.

“Hay cierto consenso entre los antropólogos de que los pares deben haber jugado un papel importante en el origen de las sociedades humanas –dijo Fernández-Duque–. Llámalo amor, llámalo amistad, llámese matrimonio, hay algo en nuestra biología que conduce a este vínculo duradero, emocional entre dos personas que está muy extendida entre las sociedades humanas”.

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